Durante los últimos años Colombia se ha ido convirtiendo en una potencia en materia de seguridad y defensa, esto gracias a la historia misma del país y la experiencia que ha tenido de cooperación internacional y nacional para la consecución de la ley y el orden. En días recientes ha surgido un debate en materia de seguridad debido a los 53 soldados americanos que se encuentran en territorio colombiano, ¿es esta una oportunidad para Colombia de convertirse en una potencia aún mayor en materia de defensa? Esta y otras ventanas de oportunidad, como la OTAN, permiten vislumbrar un futuro positivo de intercambio de experiencias entre Colombia y otros países posicionando así a nuestro país como una potencia en cooperación militar, en seguridad y defensa.
Andrés Gómez* & Sebastián Sanabria
14.08.20Los orígenes de un exportador en defensa y seguridad
Desde sus inicios como república independiente Colombia ha gozado del favor de sus aliados internacionales en la lucha por la consecución de la ley y el orden, entre estos se destacan principalmente Estados Unidos y algunos países latinoamericanos. Cabe hacer una breve introducción reseñando lo que fue la historia de Colombia en materia de seguridad y defensa para lograr comprender los alcances que hoy este país tiene como un aliado en potencia en el ámbito militar.
El suceso que marcó una recíproca cooperación militar con Estados Unidos es el de Panamá, con el Tratado Mallarino-Bidlack de 1846, en el que se le concedían a los Estados Unidos privilegios comerciales sobre el Istmo de Panamá, además de tener la potestad de intervenir militarmente contra las rebeliones sociales. Este hito marcó la historia en cooperación militar, pues a partir de este momento Colombia empezó a contar con la ayuda de Estados Unidos para garantizar su soberanía y la defensa de su territorio. Con el trasegar de los años esta alianza se hacía más fuerte, pues además de las alianzas comerciales y de la inversión americana en suelo colombiano, esta nación seguía proveyendo a Colombia apoyo militar. Para ejemplificar, los años previos a la Guerra Fría cuando se intensificó la lucha contra el comunismo mediante la firma del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), elaborado por Alberto Lleras Camargo, que aseguraba la cooperación militar en defensa de la soberanía de los estados del hemisferio frente a la expansión del comunismo y la URSS.
En años posteriores con la creación de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en el marco del “Bogotazo”, se da un nuevo espaldarazo de parte de Estados Unidos en el apoyo militar y continental a Colombia. Posteriormente con la Guerra de Corea, la participación de Colombia en el escenario de seguridad y defensa se intensifica, pues el ejército colombiano desde ese momento contaba con la formación militar estadounidense y la experiencia en defensa del territorio nacional. Lo anterior, se conoce como la Doctrina Contrainsurgente de las FF.AA. (ver aquí) donde se introducen las tácticas de guerra moderna, con énfasis en planeamiento y tácticas irregulares de guerra, derivados de la experiencia de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y Afganistán. En otras palabras, importando conocimiento.
Finalmente, durante las últimas décadas Estados Unidos apoyó a Colombia en su lucha contra el terrorismo y el narcotráfico a través del Plan Colombia, que no sólo provee ayuda económica sino también militar para la lucha contra estos enemigos internos de nuestro país, la eficacia de este plan y su excelente manejo por parte del Estado Colombiano permitió que Colombia se convirtiera en un referente a tener en cuenta en materia de defensa y seguridad nacional, es decir, los primeros pasos como exportador. Debido a que, durante 7 periodos Colombia ha sido miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU aportando su experiencia a otros países en la lucha por la ley y el orden. De modo que, años después Colombia es seleccionado para formar parte del exclusivo grupo de la OTAN bajo el título de socio global.
En los últimos días se ha generado una amplia polémica frente a los 53 soldados americanos en territorio colombiano con la única finalidad de realizar asesoría en estrategias operacionales, según altos oficiales del Ejército de Colombia (ver aquí). No obstante, sectores de izquierda han calificado que este tipo de ayuda es con la única finalidad de acabar con el régimen de Nicolás Maduro en el vecino país. Sin embargo, este tipo de iniciativas no son nuevas en la historia de Colombia, sino que se han intensificado con el Acuerdo para la Cooperación y la Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad en 2009 con Estados Unidos, la Cooperación Sur-Sur y la Cooperación Triangular constituyendo un “doble efecto” que profundizaremos más adelante.
En otras palabras, si usted necesitará aprender algo frente a un tema o mejorar las capacidades ya existentes de manera prioritaria: ¿Qué haría? O ¿ A quién buscaría? La respuesta absoluta será alguien con bastante experiencia y conocimiento frente a un tema en específico, es decir, lo que ha realizado Colombia con el arduo proceso de importar cooperación militar. Puesto que, los flagelos que son internos de nuestro país implican una respuesta global, debido a que ciertamente estos flagelos son globales. Un ejemplo, es el narcotráfico o el Crimen Organizado Transnacional.
El trasegar histórico de Colombia en materia de seguridad y defensa lo convierte en una potencia per se en esta materia, en el presente artículo queremos dar a conocer el giro que ha tenido Colombia hacia exportador y cómo esta nación ha logrado ser punto de referencia para distintos países en la formación militar y en el asesoramiento político. En este orden de ideas, es importante resaltar que desde la creación del Ejército de Colombia se ha tenido que luchar de manera contundente contra diversas problemáticas tanto de carácter interno como externo. Lo anterior, sumado con una de las geografías más complicadas del planeta, ha hecho que nuestras Fuerzas Armadas sean catalogadas entre las mejores del mundo (ver aquí), en gran parte gracias a la cooperación por parte de los Estados Unidos y aliados.
Lo que nos depara el futuro
En el proceso de importador a exportador sucedieron algunos catalizadores que consolidaron la posición de exportador en materia de cooperación militar. En este orden de ideas, la modernización de las FF.AA. desde el Plan Colombia durante el gobierno de Andrés Pastrana colaboró a una mayor capacidad operacional e infraestructura para las FF.AA .En segundo lugar, el combate frecuente a organizaciones armadas ilegales y terroristas implicó la creación de los Comandos Conjuntos, Jefatura de Operaciones Especiales, y la Junta de Inteligencia en el 2009 dando como resultado una experiencia amplia en el manejo de operaciones especiales y contrainsurgencia por parte de las FF.AA. A pesar de todo, desde el 2008 gracias al declive de recursos por parte de los Estados Unidos a Colombia, se ha intensificado la figura de Colombia como socio en seguridad internacional.
Lo anterior, ha consolidado un “doble efecto” para Colombia. En primer lugar, iniciativas como la realizada actualmente por el Comando sur de los Estados Unidos que brindan asesoría en el análisis de operaciones, forma táctica y estrategia ha consolidado las capacidades operacionales de las Fuerzas Armadas, lo que constituye un mensaje certero para combatir las organizaciones criminales. En segundo lugar, al contar nuestras FF.AA. con una amplia gama de conocimiento operacional una considerable cantidad de países ha considerado pertinente la colaboración de las mismas, con la finalidad de combatir con los flagelos internos de cada uno de los países. En otras palabras, el salto de importador a exportador.
Para ejemplificar, la gran capacidad exportadora de Colombia ha entrenado más de 22.000 oficiales de otros países en la especialidad de operaciones especiales, junto con la creación de grandes iniciativas como AMERIPOL (Comunidad de policías de América) que integra a más de 25 cuerpos policiales de la región, incluyendo la DEA (ver aquí). Entre el 2010 y 2012 Colombia participó en más de 60 actividades de asesoramiento en seguridad y defensa, estableciendo grandes beneficios a más de 220 instituciones y 50 socios. De igual manera, en la especialidad de la lucha contra el tráfico ilegal de drogas se consolidó el Plan de Acción de Cooperación Triangular, a la par con el Triángulo Norte en la región de Centroamérica gracias a la iniciativa propuesta por Colombia bajo el nombre de Iniciativa Regional para América Central.
En este orden de ideas, surge otro actor importante en materia de defensa y seguridad con Colombia, La OTAN es un organismo que tuvo como misión repeler la influencia de la URSS. Sin embargo, a partir de 1991, la OTAN decidió cooperar con otros socios y lugares específicamente en el campo de la defensa y la seguridad. Como socio global, Colombia puede valerse de esta cooperación recíproca para aumentar su eficacia militar en materia de defensa y seguridad y aportar a otros socios su experticia en estos temas. En palabras del ex-presidente Juan Manuel Santos “Este acuerdo permite estandarizar los procesos, facilita el acceso de las Fuerzas Armadas de Colombia a un portafolio de capacitaciones y entrenamientos que tiene la OTAN y fue el primer paso formal para la aprobación del programa de socios individuales que estamos poniendo en práctica” (ver aquí) esto, en función de la implementación del acuerdo de Paz suscrito entre el gobierno y las FARC y con miras a la construcción de un país moderno. Esta organización abre una ventana de oportunidad para potenciar las capacidades de las FF.AA. de nuestro país, pero al mismo tiempo para ser mucho más relevante en materia de exportación a nivel mundial.
Sin lugar a duda, experiencias de cooperación militar internacional son grandes ventanas de oportunidad para consolidar un doble efecto, es decir, atacar los flagelos que actualmente nos afectan a cada uno de los colombianos. En este punto sería pertinente considerar el escenario contrafactual donde este amplio proceso de cooperación militar no existiese: ¿Qué sucedería con la seguridad de cada uno de los ciudadanos de nuestro país? ¿Los flagelos tendrían la misma reducción? Queda claro que la capacidad de las FF.AA. sería casi nula sin una primera etapa de importación. Lo anterior, bajo un contexto donde se necesita hacer urgente uso legítimo de la fuerza por la presencia histórica de grupos al margen de la ley. En segundo lugar, sin una etapa de importación será imposible exportar. A pesar de todo, este tipo de cooperaciones da inicio a un álgido debate frente a políticas expansionistas de Estados Unidos y su interés de tener influencia en ciertos aspectos de nuestro país.
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