La expresión y el arte como el arma de la paz

“Antígonas, tribunal de mujeres” es una obra de teatro que ha sido útil para reflejar el sufrimiento que ha causado el conflicto armado en Colombia. Da ejemplo de cómo el arte debe ser parte crucial del camino a la paz; debe tomar la importancia que merece como herramienta de memoria después de un conflicto y catarsis en medio de la lucha interior. Solo se logra paz si estamos tranquilos con nosotros mismos.



Santiago Álvarez González
21.04.21

Desde la edad antigua, distintas obras artísticas han tomado gran importancia en la sociedad. Un claro ejemplo de esto es Antígona, la tragedia tebana escrita por el poeta Sófocles, que ha sido interpretada en numerosos escenarios, de distintas épocas y lugares del mundo. Una historia de rebeldía, dignidad y mucho dolor causado por culpa de un gobierno, como el de Creonte, que llamó a la muerte por sus actos de violencia en contra de quienes debía proteger. Esta obra ha sido adaptada al conflicto armado colombiano por medio de historias de vida de distintas mujeres víctimas de este que con valentía han usado el arte como herramienta de reconciliación.

“Mujeres que han sufrido directamente de las atrocidades que ha traído la guerra a sus territorios, tratan de honrar, y alejar del olvido, la muerte de sus hijos, esposos y distintos seres cercanos, que no recibieron en su momento, una despedida digna”

‘Antígonas, tribunal de mujeres’ es el nombre de esta adaptación a la narración griega de Sófocles, dirigida por Carlos Satizábal, con un enfoque mucho más arraigado al contexto colombiano. Sus actrices no son profesionales, pero sí dejan el corazón en un escenario lleno de emociones encontradas, memoria y verdad. Mujeres que han sufrido directamente de las atrocidades que ha traído la guerra a sus territorios, tratan de honrar, y alejar del olvido, la muerte de sus hijos, esposos y distintos seres cercanos, que no recibieron en su momento, una despedida digna. 

La puesta artística cuenta con pertenecías de aquellos a quienes buscan enaltecer. Objetos como juguetes, pinturas, prendas de vestir, o fotografías, guiones compuestos de historias llenas de crudeza y dolor; un performance guiado por la actuación, la danza y poesía, logran en conjunto no solo darles honor a sus seres queridos, sino también inmortalizarlos de alguna manera, al demostrar de nuevo el poder de la memoria en el camino a la paz, y generar empatía en una sociedad que está cansada de la guerra, a través del arte.

Una obra de teatro que simboliza la lucha y la rebeldía ha ayudado a las involucradas a convertir su dolor en arte. Es crucial hablar de esto porque en medio del contexto del posconflicto en el que se trabaja desde el 2016 con los acuerdos de paz, no es posible hallar tranquilidad si no se trabaja con esmero en las emociones de las víctimas. La guerra es causante directa de traumas y estos pueden llegar a dificultar, e incluso impedir una expresión detallada de vivencias o emociones, generando así resentimiento, altos niveles de estrés que pueden derivar en la ruptura de “esquemas preconcebidos sobre sí mismo, los demás y el mundo” según lo explica Bárbara Zorrilla Pantoja, psicóloga experta en intervención social, forense y violencia de género, en un artículo del diario La Verdad.

Así que, en la búsqueda de reconciliación y verdad, a través de la memoria, para el bienestar de las víctimas, es preciso buscar herramientas que logren sacar a la luz cada emoción, sentimiento o vivencia que sea necesaria en este complejo proceso de sanación. Es aquí donde entra la importancia de la expresión artística, que puede dar al individuo un arma poderosa para resolver una lucha interna y salir victorioso en esa búsqueda de un futuro mejor, por supuesto, alejado de la guerra. El arte permite inmortalizar el dolor, permite expresar el significado del conflicto y da a entender, a partir de estas emociones, a personas incluso ajenas a este, la necesidad de construir humanidad fuera de la violencia.

"El arte sirve para garantizar el derecho a la memoria, el derecho a la verdad. El arte es mucho más que algo lindo y no sirve, necesariamente, para perdonar, también sirve para ser vengativo, para ser duro, para ser antidemocrático; el arte no es neutro”

Para superar un duelo, no se puede permitir que el olvido borre la experiencia, pues esto no solo atrae la repetición, sino que omite la reparación que deben recibir los afectados. Yolanda Sierra, docente investigadora de la Universidad del Externado, abogada y restauradora de obras de arte afirmó, en el marco del foro Nacional de cultura, memoria y reconciliación del 2019 que “el arte sirve como prueba, el arte sirve como fuente de derecho, el arte sirve para litigar derechos (litigio artístico), el arte sirve para litigar los derechos de las víctimas (litigio estético), el arte sirve para emancipar estéticamente al Estado; una sentencia de 1000 páginas con 400 horas de grabación se pueden volver una obra de teatro o una película. El arte sirve para garantizar el derecho a la memoria, el derecho a la verdad. El arte es mucho más que algo lindo y no sirve, necesariamente, para perdonar, también sirve para ser vengativo, para ser duro, para ser antidemocrático; el arte no es neutro”.

Al igual que ‘Antígonas, tribunal de mujeres’, muchas otras manifestaciones artísticas han estado ligadas al conflicto armado, haciendo de las víctimas protagonistas de historias con el poder, no solo de abrir los ojos a aquellos que ven y sienten la guerra como algo ajeno, sino también de encontrar una liberación al dolor, alejada por completo de la violencia, mediante un arma tan potente como lo es la expresión. El arte trasciende lo tangente y es por esto que llega a ser tan funcional para curar heridas que no se ven; en el camino a la verdadera paz, la cultura en pro del espectro socioemocional debe ser determinante en cada decisión que se tome. Antes de buscar la paz en nuestra sociedad, es importante que la encontremos dentro de nosotros, pues como bien dijo Gandhi en su momento, “la persona que no está en paz consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero”.

Editora: María Camila Gómez
Edición de imágenes: Santiago Álvarez
Edición web: Alejandra Hernández León

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