Las tecnologías hoy deben ir acompañadas con algo indudablemente necesario: políticas públicas. Por esto es aún más importante incluirlas pues estas hasta el día de hoy hace parte de un gran espacio en nuestras vidas.
Las políticas públicas pueden ser definidas como el comportamiento propositivo, intencional, planeado, no simplemente reactivo y que se pone en movimiento, para alcanzar una acción con sentido. Para el caso Colombiano el uso de políticas en las ciencias y para la adopción e implementación tecnológica es casi que obligatorio dado que la mayoría de población tiene una incapacidad individual para la innovación en esta era.
Según las cifras del ranquin en competividad mundial digital, del International Institute for Management Development (IMD), Colombia ocupó el puesto 59 en competitividad digital. Debido a esto, para el 2021 el Gobierno Nacional ha venido enfrentando esta brecha con programas educativos como la estrategia Misión TIC 2022 que busca formar 100 mil programadores, el proyecto Última Milla Móvil para llevar conectividad móvil a 165 mil colombianos, entre otros, que abarcan todo el territorio nacional. Es así como se espera que con iniciativas como estas aumenten la confianza ciudadana frente a los nuevos desarrollos del siglo XXI y para enfrentar los problemas del país y del mundo con talento Colombiano, pero difícilmente con desarrollo Colombiano. Esto se logra percibir en la caída en el 18% de solicitud de patentes para el año 2020, otro efecto de la pandemia y su noble gestión.
En Latinoamérica tenemos un ejemplo casi exitoso de implementación de la política pública con enfoque tecnológicos. Casi porque se quedó corto en el impacto que podía tener y la receptividad y avance que la ciudadanía tendría a razón de este gran proyecto público. Uruguay desarrolló una política en la que cada uno de sus estudiantes tendría acceso a un computador formando gran cantidad de personas sobre lo digital. Esto ha hecho que Uruguay se establezca como referente en gobierno digital, ejemplo a seguir de Colombia y que, por tanto, hoy el ministerio de TIC’s se plantee como reto mejorar dicho eslabón gubernamental.
Teniendo en cuenta que la próxima frontera entre el primer mundo y los subdesarrollados estará marcada por la capacidad de acceso a estas nuevas tecnologías, la adopción de las tecnologías por parte del estado de una manera más favorable, haría de Colombia un país más equitativo, en el que las oportunidades de conectividad estén al alcance de todos sus habitantes, sin importar si son ciudadanos urbanos o de la ruralidad olvidada del país. Esto debido a que estas no solo nos ofrecen conectividad en tiempo real, también ofrecen capacidad de reacción frente a múltiples de los sectores productivos que el país tiene. Ofrece la bondad de la inmediatez y en muchos casos la fortuna de lo inmediato, a condición de que se sepan interpretar y usar a favor de la ciudadanía.
En consonancia, es necesario que las propuestas para el fortalecimiento de la gobernabilidad en el país se vean incrementadas. El actuar de aprovechamiento en los nuevos avances tecnológicos, tal como los enunciados por Peter Bauer y colaboradores del departamento de investigación ECMWF en Reino Unido en sus estudios de “The digital revolution of Earth-system science” y “A digital twin of Earth for the green transition” en estos se establecen los parámetros para la implementación de modelos digitales fieles y de alta precisión para el planeta, de modo que este pueda ser usado para la toma de decisiones. Ofreciendo una elegante base informativa para la planificación con desarrollo sostenible en nuestro planeta.
"en estos se establecen los parámetros para la implementación de modelos digitales fieles y de alta precisión para el planeta, de modo que este pueda ser usado para la toma de decisiones. Ofreciendo una elegante base informativa para la planificación con desarrollo sostenible en nuestro planeta."
En particular, en Colombia esta tecnología tendría que ser aprovechada para lograr impactar grandes regiones que se han venido relegando a las grandes economías de las principales ciudades del país. Con la accesibilidad a un modelo digital fiel de varias de las regiones del país, se le dará más cabida a la protección de los recursos de ciertas zonas, que en la historia de nuestro país se han visto relegadas por su difícil acceso y dificultad al acceso de tecnologías que contribuyan a su desarrollo.
Ahora bien, se podría ofrecer un panorama de los reales servicios ecosistémicos que este presta, a fin de redirigir presupuesto para su preservación, también prevenir desastres ambientales y hacer seguimiento a estos de manera más oportuna. Profesionales que sean capaces de dar razón del estado ambiental de regiones en las que por ejemplo un oleoducto haya causado detrimento en el ecosistema. Igualmente, sectores económicos de preferencia por los gobiernos y de más contribución al PIB del país como lo son el sector minero, tendría su espacio en el que esta tecnología funcionaria tanto de ayudante para la proyección de nuevos espacios mineros, pero también para el cierre de aquellos que pudieran generar impactos negativos al ecosistema en el que se encuentren. De esa manera se procede a la diversificación y cuidado de los diferentes sectores del país, grandes contribuyentes, asegurando una transición de uno hacia otro, y preservación de los mismos.
A lo mejor el anterior no es el único beneficio que aportaría el conocer la región a la inmediatez y en una escala real, pues también ofrecería la oportunidad de estructurar negocios tanto rurales como aquellos que desde la urbanidad tenga una intrincada relación con las regiones más pobladas del país. Pues es de saberse que la ganancia en la venta de los productos agrícolas se queda mayormente en sus intermediarios, lo que, en muchas ocasiones, sino que en todas en productor recibe una mínima parte, aun siendo el eslabón más importante de esta. Supervisión y estratificación de la región con modelos digitales ofrece la oportunidad de finalmente delimitar y asegurar la organización de propiedades, la tenencia y el uso de la tierra en Colombia, un tema aún álgido para el catastro y que daría la oportunidad que junto con bases de datos ya contempladas ofrecer un esquema definitivo de tierra para el país, mitigando los problemas sociales, económico y ambientales que son fuente de conflicto del día a día para nuestras sociedades.
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